Numerosos vecinos han expresado su malestar por el mal estado en el que se encuentran los contenedores de residuos en distintos puntos de la ciudad. Las quejas apuntan principalmente a la dificultad para utilizarlos correctamente y al deficiente mantenimiento que presentan, lo que agrava la suciedad en las calles.
“Si pisas el pedal, a duras penas se abren las puertas para poder meter la bolsa de basura”, lamentan varios ciudadanos, que señalan que este problema es generalizado en los nuevos modelos instalados en la localidad. Según explican, se trata de un tipo de contenedor que se colocó “para evitar que los quemen”, aunque aseguran que su diseño complica su uso diario.
La consecuencia directa de este mal funcionamiento, según denuncian los vecinos, es que muchas personas optan por dejar las bolsas fuera del contenedor, lo que contribuye al deterioro de la imagen urbana. “Luego los guarros somos los usuarios, pero el servicio tampoco se mantiene en condiciones”, critican.
A esta situación se suma la presencia habitual de personas que rebuscan en los contenedores. “No los quieren tapados, así trabajan mejor. Llevan años haciéndolo y los dejan hacer”, comenta un vecino, que denuncia además la inacción de las autoridades: “Todo el mundo los ve, pero la Policía no los multa. Pobrecitos, dirán, tendrán que ganarse la vida”.
Muchos residentes expresan su frustración al ver cómo, pese a los esfuerzos por reciclar correctamente, los residuos acaban esparcidos fuera de los contenedores. “¿Para qué me dicen que recicle si luego ellos lo sacan todo y lo dejan tirado?”, se preguntan.
Los vecinos reclaman al Ayuntamiento una revisión urgente del estado de los contenedores y un mantenimiento adecuado del servicio de limpieza. “Así está toda la ciudad: cochambrosa”, concluyen indignados.

